La distancia, el chicle, y el desvelo

¿Qué si te extraño? Te pienso en todos mis ratos libres.

¿Qué si te pienso demasiado? A éstas alturas ya no sé hacer otra cosa.

Cada día que pasa, nuestra distancia se alarga, alejándonos más del uno al otro. Me aleja de ti y de tus manos cálidas y expertas, de nuestras aventuras diurnas y de aquellas en las cuales la luna fue la única testigo.

Como un chicle separándose en dos. Sí, acabo de compararnos con un chicle...al menos siempre fuiste igual de dulce. Un chicle separado en dos partes donde el hilo de nuestro amor es lo único que nos une. Pero la distancia se empeña en separarnos y el hilo se vuelve más fino. Mi única preocupación es que un día de estos, ese hilo que me da vida sea el mismo que me la arrebate con su inexistencia.

Que sí, sí te pienso más de lo que debería;

Que sí, sí sé que lo mejor sería pasar la página.

Sin embargo me encuentro aquí nuevamente pasando noches en vela, desahogándome con tinta y papel esperando así hacer espacio para el sueño en ésta mente tan repleta de ti.